Cusco y el ombligo del mundo

Importancia del imponente imperio Tawantinsuyo

Inti Raymi
 Grant Faint/Getty Images

La historia de Latinoamérica está íntimamente ligada a sus pueblos originarios y a la conquista de la región por parte de los españoles. Cusco, la capital del imperio incaico, significa ombligo del mundo porque desde ahí se logro manejar el imponente Tawantinsuyo que se extendió por un vasto territorio geográfico. Hoy en esa misma ciudad podemos aún ser testigos de ritos fascinantes como el Inti Raymi o visitar una de las más imponentes ciudadelas jamás construidas, Machu Picchu, una maravilla del mundo escondida en medio de los Andes.

¿Quiénes fueron los Incas?

El Imperio Incaico representa uno de los legados más importantes en las Américas. El Tawantinsuyo logró abarcar un territorio de cerca de 4500 kilómetros que iba desde Cusco al Norte de Ecuador y Colombia, a Chile central y a partes de Argentina. A pesar que la historia y las leyendas generalmente hablan de una dinastía compuesta por 13 Incas, existe bastante consenso en afirmar que el imperio en su expresión real se inicia a partir de 1438 con el reinado del Inca Pachacutec.

Los Incas no tuvieron un sistema de escritura sino que dependían de la tradición oral y de los khipus, unos instrumentos compuestos por cuerdas de distintos colores que mediante nudos, codificaban la información necesaria. Los Khipukamayoq, los especialistas en estas tareas residían en los distintos distritos y registraban, interpretaban y memorizaban la información necesaria para las distintas autoridades incluyendo datos como disponibilidad de alimentos, población, nacimientos, muertes, entre otros. Se sabe mucho de su vida además por medio de los cronistas que dejaron importantes textos recopilando información sobre sus costumbres.

Los Incas así mismo fueron importantes arquitectos. Sus estructuras han cautivado a muchos por la simetría de sus construcciones y el uso de colosales piedras con múltiples ángulos que encajan perfectamente sin usar ningún tipo de pegamento. Construcciones como la fortaleza de Sacsayhuaman o Machu Picchu mismo, continúan generando preguntas respecto a cómo hicieron los Incas para llevar piedras de esas dimensiones a esos lugares y erguir estructuras construidas de una manera tan sólida que han logrado resistir el tiempo.

Hiram Bingham y el descubrimiento de Machu Picchu

En el 2011 se cumplieron 100 años desde que Hiram Bingham, el explorador hawaiano, llegó a las ruinas de Machu Picchu junto con dos peruanos que lo acompañaron en el trayecto. El explorador no fue el primero en descubrir el complejo ya que Agustín Lizárraga, un agricultor del área, escribió su nombre en uno de los muros casi 10 años antes. Bingham, sin embargo, fue claramente el primero en estudiar científicamente Machu Picchu, y avalado por el apoyo de la National Geographic Society, la Universidad de Yale y el gobierno peruano se dedicó a fotografiar cuidadosamente la imponente construcción de piedra y las terrazas entrecubiertas, a limpiar la vegetación que cubría todo el terreno y a dar a conocer el hallazgo a nivel internacional.

¿Pero cuál era el propósito de esta ciudadela inca construida entre 1450 y 1500 a 130 kilómetros al noroeste de Cuzco y ubicada a más de 2,000 metros de altura? Bingham tenía varias teorías que plasmó en los libros que publicó. Su visión era que había descubierto Vilcabamba, la ciudad desde donde el último inca libró una larga batalla en contra de los españoles. Otra de las teorías que sostenía era que podía haber sido un templo o un convento dedicado a las vírgenes del sol que debían servir al Inca ya que en su momento los estudios que se llevaron a cabo arrojaron que de los esqueletos encontrados en las ruinas, 75% eran mujeres. Con el avance de las tecnologías arqueológicas, estudios posteriores han confirmado que de hecho el ratio de mujeres/hombres era de 50/50 lo cual ha tenido como efecto reducir la probabilidad de que ese fuera el propósito de la ciudadela.

Inti Raymi

El Inti Raymi, o Fiesta del Sol, se celebra anualmente el 24 de junio en Cuzco en ocasión del solsticio de invierno, el día en que la tierra está en su punto mas lejano del sol, como una ofrenda simbólica a este astro. Hoy en día el evento es una puesta en escena de lo que en su momento fue la fiesta mas imponente, majestuosa e impactante del Imperio Incaico o Tawantinsuyo. Antes que llegaran los españoles, el pueblo Inca participaba en el rito que se celebraba en la Plaza de Armas el cual incluía aparte de danzas, música y otras celebraciones, el sacrificio de una llama, negra o blanca, a quien le tenían que sacar le corazón palpitante como ofrenda al Apu Inti. Pocos ritos incaicos mantienen tanta vigencia hoy en día como esta tradición que logra congregar a más de 500 actores y representa el segundo festival mas grande en todo América Latina por el despliegue escénico y la cantidad de gente que va a verlo.