Las maras en Centroamérica

Sin Nombre es una película dirigida por Cary Joji Fukunaga que aborda la experiencia de la Mara Salvatrucha en Honduras. Sin Nombre

Las maras, o pandillas como se les conoce en Centroamérica, son quizás el fenómeno que más afecta la criminalidad en la región. Inmortalizados en imágenes como hombres violentos con cuerpos recubiertos de tatuajes y un desdén absoluto por el valor de la vida, las maras inspiran temor y preocupación. Las maras surgieron en los barrios de Los Ángeles en la década de los 80, cuando las guerras civiles que afectaban países como Guatemala y El Salvador hicieron que muchas personas cruzaran la frontera en busca de un mejor futuro y terminaran quedándose en los barrios mexicanos de esa ciudad.

Para los 90, la criminalidad había continuado en aumento y como respuesta, el gobierno de Estados Unidos fortaleció su política inmigratoria y empezó a deportar con mas rapidez a inmigrantes que habían perpetrado crímenes a sus países de orígenes. De regreso en el denominado “Triangulo del Norte”, el territorio que comprende Honduras, El Salvador y Guatemala, estos mareros, no lograron reintegrarse a la sociedad y continuaron fortaleciendo redes de criminalidad y cimentando las relaciones delictivas entre estos países y las pandillas en Estados Unidos. El impacto en Centroamérica también fue grave ya que los gobiernos, confrontados con este regreso significativo de criminales, tampoco implementaron las medidas necesarias para combatir esa realidad. Por el contrario, las políticas de mano dura, tuvieron un efecto contraproducente ya que agruparon a todos los mareros en prisión donde estos pudieron redefinir sus planes, articular sus estrategias y fortalecerse.

La Mara Salvatrucha, quizás la mas grande de estas organizaciones, es fuente inagotable de películas, historias y un imaginario colectivo de violencia. Hay muchas discusiones respecto al origen del nombre salvatrucha. Algunos dicen que se refiere a una calle en El Salvador, otros que hace referencia a Marabunta, el título en español del libro The Naked Jungle de Byron Haskin que trata sobre la invasión de una plaga de hormigas rojas en el Amazonas que causa espanto absoluto por el sonido que hacen cuando se mueven en grupo. Sin embargo, la explicación generalmente más aceptada es que proviene de la unión de la palabra “mara”, que significa pandilla, con la jerga “trucha” que alude a alguien rápido y sagaz.

En un inicio la Mara Salvatrucha (MS) estaba compuesta principalmente por salvadoreños, pero la diversidad de las nacionalidades presentes en Los Ángeles hizo que esto cambiara. Cuando la MS entró en la escena delictiva, otras pandillas decidieron albergarlos como parte de sus redes, y en especial la Mafia Mexicana, una pandilla californiana con control sobre el sur de Estados Unidos y México, les otorgó protección en las prisiones y los barrios. Como agradecimiento, la MS les prestó sicarios y añadió el numero 13 a su nombre ya que este corresponde a la posición de la letra M en el alfabeto.

Desde entonces la Mara Salvatrucha (MS) se convirtió en la MS-13, una asociación criminal organizada a lo largo del triangulo del norte (Guatemala, Honduras y El Savador), México y Estados Unidos. La MS-13, como casi todas las maras, no tiene un cabeza jefe que controle de manera absoluta todas las redes. Opera en cambio por medio de células o “clicas” en distintos territorios que cuentan con sus propios jefes a los que denominan “palabreros”.

Barrio 18 nació en Los Ángeles cerca del área a MacArthur Park y cuenta hoy día con clicas en Centro América y Estados Unidos. Como la MS-13, aún cuando inicialmente estuvo compuesta por mexicanos, integró pandilleros de varias nacionalidades. La pandilla fue objeto de bastante atención en el contexto de las fuertes protestas y disturbios que se ocasionaron en Los Ángeles después de que se absolviera al policía que le pegó una paliza al ciudadano afroamericano Rodney King. La M-18, como también se le conoce, tiene una red extensa que se estima entre 30-,000-50,000 pandilleros y exige con severidad que sus miembros le sean leales. Se sabe que también mantienen vínculos con la Mafia Mexicana y con el Cartel de Sinaloa y los Zetas.

El alcance de la criminalidad de estas maras varía de acuerdo a la “clica” y el territorio donde operan pero se entiende que alcanzan no sólo narcotráfico sino también tráfico de personas, asesinatos y secuestros. En el 2012, tanto la MS-13 como Barrio 18 acordaron una tregua con el gobierno de El Salvador y desde entonces se ha reducido la criminalidad en ese país en casi más de 50%. En mayo de 2013, estas dos maras en Honduras también declararon una tregua en el país. El Presidente de Honduras, Porfirio Lobo, ha saludado este desarrollo pero habrá que ver cómo se implementa en la práctica aún.